En la última mitad del siglo I a. de C., tras casi dos siglos de conquista, aún quedaban en la Hispania Romana dos pueblos sin dominar, los Astures y los Cántabros. A los habitantes de las zonas ribereñas del río Astura (el actual Esla), los romanos les denominaron Astures, aunque no fuese una tribu homogénea, sino formada por Brigaecinos, Bedunienses, Lugones, Tíbulos,etc., pero que mantenían bastantes similitudes entre si. Habitaban un territorio que coincidía con la mayor parte de lo que hoy son las provincias de Asturias y León, así como parte de Zamora, algún sector de Orense y la región portuguesa de Tras os Montes. Llamaron Astures Tansmontanos a los del norte de la cordillera Cantábrica, y Astures Cismontanos o Augustanos a los de la Meseta, con una población total de 240.000 individuos libres según el escritor romano Plinio.

Esta región constituía el distrito de Asturia (Conventus Asturum), con capital en Aturica Augusta (Astorga), adscrita a la provincia Tarraconense; y con el tiempo Asturia se convertiría en una pieza clave del Imperio Romano.

Esta situación de resistencia dentro de los límites del Imperio, le era políticamente muy negativa al nuevo régimen instaurado por Augusto, primer emperador tras la República, por lo que decidió acabar con esta situación, y en persona. Hoy en día la mayoría de investigadores e historiadores coinciden en que ésta fue la causa de la conquista de este territorio y no el oro, que fue una consecuencia posterior, ya que no se sabía el verdadero potencial aurífero de la zona. Y así lo relataba el escritor romano Orosio: ”… siendo cónsules el emperador Augusto por sexta vez y Marco Agrippa por segunda vez, entendiendo que a poca cosa se reduciría lo hecho en Hispania si permitía que los cántabros y astures, los dos pueblos más fuertes de Hispania, se portasen a su albedrío, abrió las puertas del templo de Jano y salió en persona con su ejército hacia Hispania. ” (Orosio, Historiarum…,VI).

De esta forma el emperador utiliza una nueva estrategia militar que consiste en alejar al ejército de la esfera política de Roma, ya que entre los años 29 y 19 a. de C. Augusto llega a concentrar en el noroeste de Hispania entre siete y ocho legiones. Cada legión romana estaba formada por 6.000 hombres, y dividida en 10 cohortes.

Pero antes conozcamos algo de quienes eran y como vivían los antiguos moradores de estas tierras: nuestros antepasados.

Los astures vivían en castros, que eran recintos de cabañas defendidas por un muro. Este tipo de cabañas todavía se pueden ver en nuestros días, para uso ganadero, que son los teitos o payozas, y que se encuentran en el concejo de Somiedo (Asturias) y en los Ancares (León). Eran grupos autosuficientes que no dependían de las relaciones con otros castros. La imagen de la derecha, que es la portada de un disco del grupo de música folk Igües Brenga Astur, nos sirve muy bien para hacernos una idea de cómo sería el interior de un castro.

Castro de Corporales. Los castros transmontanos se diferenciaban en el tamaño de los de la meseta, éstos últimos eran de mayor tamaño, llegando a formar alguna ciudad de cierta importancia como Lancia (Villasabariego, León), que fue la más importante de los astures.

Estrabón escribió:”Todos los montañeses son austeros, beben normalmente agua, duermen en el suelo y dejan que el cabello les llegue muy abajo, como mujeres, pero luchan ciñéndose la frente con una banda.(…)Todos los hombres visten de negro, sayos la mayoría, con los que se acuestan también sobre jergones de paja. Utilizan vasos de madera, igual que los celtas. Las mujeres van con vestidos y trajes floreados.(…)Pero su ferocidad y salvajismo no se deben sólo al andar guerreando, sino también a lo apartado de su situación; pues tanto la travesía por mar como los caminos para llegar a ellos son largos, y debido a la dificultad en las comunicaciones han perdido la sociabilidad y los sentimientos humanitarios(…).(Sus mujeres)Frecuentemente incluso dan a luz en las tierras de labor, y lavan al niño y lo envuelven en pañales agachándose junto al arroyo. (Estrabón , III). Parece ser que practicaban el suicidio colectivo ante la derrota en las batallas para no ser esclavizados, mediante envenenamiento, fuego o acuchillamientos; hecho que quizás haya influido en su posterior forma de vida dentro del Imperio Romano.

La contienda con los romanos comenzó el 26-25 a. de C.,sometiendo a los Astures Augustanos en el 22 a. de C., y Marco Agrippa en el 19 a. de C. tras las Guerras Cántabras sometería a los Astures Transmontanos y los Cántabros, completando así la conquista de toda la península. A lo largo de estos años y posteriores fueron constantes las batallas y escaramuzas. La principal batalla en la Meseta ocurrió muy cerca de Torneros.

Las legiones que participaron en la campaña de Augusto fueron: I Augusta, II Augusta, IIII Macedonica, V Alaude, VI Victrix, IX Hispana, X Gemina, y probablemente la XX Valeria Victrix. Tras el final de conquista, la mayoría de las tropas fueron destinadas a otras zonas limítrofes del imperio, siendo las encargadas del control de Asturia en los años sucesivos la X Gemina, VII Gemina, así como las unidades : el Ala II Flavia Civium Romanorum , la Cohors IIII Gallorum y el Ala Parthorum. ( Ala = jinetes ; Cohors = infantería ).

La X Gemina aparte de su ubicación en Asturica Augusta, estuvo acantonada durante dos décadas en Rosinos de Vidriales, el Ala II Flavia hasta mediados del siglo III d. de C. y la Cohors IIII Gallorum hasta el 54 d. de C. También tuvieron campamentos secundarios en Castrocalbón, Soto de la Vega, y en el recinto (castella) de Valdemeda (Manzaneda) en plena zona de explotación aurífera.

El escritor romano Floro contó así los hechos del 26-25 a. de C.:”Por este tiempo los astures descendieron con un gran ejército de sus nevadas montañas. Y no era a ciegas que aquellos bárbaros emprendían este ataque, sino que poniendo su campamento junto al río Esla, dividiendo el ejército en tres columnas, se preparan para atacar al mismo tiempo los tres campamentos romanos. Y hubiera habido una lucha dudosa y cruenta y con pérdidas iguales para los dos bandos, viniendo con tantas fuerzas, tan súbitamente y con un plan tan estudiado, de no ser por la traición de los brigaecinos (pobladores del norte de Zamora), quienes avisaron a Carisio, y éste acudió con su ejército. Consideróse una victoria haber desbaratado estos planes, aunque así y todo no fue una lucha incruenta. La poderosa ciudad de Lancia acogió los restos del ejército en derrota, y luchóse en ella tan encarnizadamente que cuando tomada la ciudad los soldados reclamaban que se le pegase fuego, a duras penas pudo conseguir el general que se la perdonase…”(Floro, Epitome Hist…,II).

Los romanos no tardaron en darse cuenta que los astures poseían una fabulosa orfebrería de oro, que ellos mismos extraían de los ríos mediante el sistema del bateo (con un plato).Con los conocimientos que poseían por la experiencia en la minería del oro en otras zonas del imperio, sabían que había tres tipos de yacimientos: terciarios, que son las pepitas en poca cantidad en los lechos de los ríos; secundarios, concentraciones de oro mayores tanto en ríos como en tierra pero ya más cercanos a los yacimientos primarios; y estos últimos donde el oro estaba unido a la roca (cuarzo normalmente). Por lo que se pasó de una explotación artesanal a lo que podríamos llamar industrial. El trabajo final sería siempre el mismo, lavar tierra y recoger el oro depositado. Tanto en los yacimientos primarios como secundarios (la cuenca del Eria era uno de ellos) la tierra la removían erosionando el terreno arrojando contra él grandes cantidades de agua que se hacía llegar mediante canalizaciones o se iba a buscar el mineral al interior de la tierra bien a base de galerías(fucaronas), o bien echando la montaña a bajo con el sistema que denominaban Ruina Montium, que consistía en minar la montaña con galerías y túneles con una sola entrada, para después hacer entrar agua en tromba y al comprimirse el aire producía una especie de explosión que derruía la montaña, y a continuación el arrastre y lavado de toda esa tierra. Se calcula que en el noroeste peninsular, hasta el final del Imperio Romano (siglo III d. de C.), se removieron 580 millones de metros cúbicos de tierra y se extrajeron 230 toneladas de oro, produciendo Asturia la mayoría.

Los astures pasaron a trabajar en la minería, en el mantenimiento de canales o en la producción agrícola y ganadera para abastecer tanto a trabajadores como al ejército romano. La población se redistribuyó a razón de la nueva situación; llegando también gentes de otras partes de la península. Según los investigadores la población de la cuenca del Eria aumentó en un 311%.

Hoy en día los historiadores afirman que los astures no fueron esclavizados, ya que por los restos arqueológicos se sabe que siguieron poseyendo armas, y además de poco hubiesen servido a los romanos ya que probablemente se suicidarían en cuanto pudiesen. Pero quizás no cobrasen dinero ya que la arqueología no ha encontrado signos de enriquecimiento en los castros. Por lo que suponen que trabajaron a cambio de protección militar, alimentos y los privilegios de los ciudadanos del Imperio, como por ejemplo, poder alistarse como soldados. Roma permitió seguir con las tradiciones culturales, artísticas y etnográficas, así como sus sistemas de habitat y unidades de parentesco.

El alistamiento en el ejército fue abundante, pasando a ser Asturia la principal fuente de reclutas del Imperio, y los apelativos de las unidades auxiliares de origen hispano destacadas a lo largo y ancho del Imperio confirma que la mayoría tiene un origen astur, desempeñando un importante papel militar.

Asturia pasó a ser una pieza clave en los destinos del Imperio Romano. El papel del ejército pasó de lo estrictamente militar, al mantenimiento del control de las zonas auríferas. Tal fue así que en momentos como la guerra civil de Roma donde el mapa era como un tablero de ajedrez en el que la colocación de las legiones era de extrema importancia, o la derrota en Germania, nunca hubo menos de dos o tres legiones en la zona, excepto en el periodo de Vespasiano que tras los traslados de tropas a Germania, sólo quedó durante algún tiempo en Hispania una legión, la VI Victrix, pero eso sí, acantonada en León, hasta el regreso de la VII Gemina. Incluso la campaña de la defensa de Bética (Andalucía) se encargó a la X Gemina.

”El oro astur debió de servir para comprar numerosas fidelidades militares y civiles en la carrera hacia el trono. En este sentido resulta muy significativo que sea Galba, gobernador de la provincia Tarraconense, donde se encuentran los ricos distritos auríferos astures, el primer pretendiente serio en levantarse contra Nerón,… “(La tierra de los astures, Fernández y Morillo, 1999)

Con lo que respecta a Torneros, en el mapa de yacimientos, que viene a coincidir en todos los estudios y publicaciones, y que más adelante se puede ver en su integridad, numeran los yacimientos con algún nombre algo deformado, pero la razón podría ser que los investigadores recorrieran los pueblos con los datos que poseían para darle el nombre actual de esos lugares, y dependiendo de quien se los diese (el cura, un guardia civil o un vecino de otro pueblo) puede haber alguna pequeña diferencia. Pero para nosotros nos sirve bastante bien. En el caso de Torneros todo los textos que consulté coinciden en lo mismo, y vienen así enumerados:

Cuenca del Eria (León) (Conventus Asturum)

ER-23 Las Madroñeras
ER-24 Peñón Redondo………. (que será Piñego Redondo, ya que está frente a Las Madroñeras)
ER-25 Murias-Los Tallares…..(figura como un único yacimiento)
ER-26 Arroyo Vadepinilla……..(a quienes consulté para esa zona dicen que hay unos hornos)
ER-27 Arroyo Valtomil…………(no le suena a nadie con los que hablé, quizás esté en territorio de Castrocontrigo, aunque en el mapa aparece cerquísima de los Vacuevos)
ER-28 Arroyo Valcuevo

Los yacimientos del 22 para atrás ya deben ser de Morla.

Y hasta aquí datos de historiadores e investigadores publicados, que al final citaré. He recogido las opiniones más recientes, ya que a lo largo de los últimos años han variado algunas teorías.

Pero yo quiero dejar algunas cuestiones en el aire:

- Al quedar confirmadas las minas de la parte de allá del río, podemos concluir que la pista que viene de Morla por el monte, Rodera Milluelo, tan perfecta desde el punto de vista topográfico, como decían algunos antiguos era una canalización de agua hacia los yacimientos.

- Para la zona de Llamas y en algún alto de esa sierra, así como en la zona de Cefregos, dicen que hay construcciones en piedra, ¿Qué es todo esto?.

- Y lo más importante, la monja de San Miguel. Dicen que quien la vió contó que era una monja con pelo, por lo que estaríamos hablando de algo medieval o posterior, pero mas arriba vimos como Estrabón decía que los astures vestían sayos negros y que llevaban el pelo largo como mujeres. Además los castros construidos durante la minería romana se situaban a no más de 600 metros de los yacimientos. De éste lugar a Los Tallares hay muy poca distancia.

- De la pota de oro vale más no hablar. Pero ¿ y si fuese verdad?, aunque sólo fuese la pota sin el oro. Voy a dar un dato, los astures en los momentos de guerra escondían el oro todo junto, incluso troceaban las piezas de orfebrería.

- Se han hallado yacimientos arqueológicos en sitios de los que no se tenía constancia escrita, por ejemplo en Luyuego en la Valduerna, y por el contrario han llegado a nuestros días muchos nombres de poblaciones que no se han podido identificar con su actual situación.

Personalmente opino que el hallazgo de restos arqueológicos sería muy beneficioso para el pueblo. La fotografía que aparece un poco más arriba, muestra piezas de orfebrería de oro halladas en uno de los yacimientos de Arrabalde (norte de Zamora). En las publicaciones sobre piezas arqueológicas de esta época aparecen infinidad de piezas encontradas en pueblos de la provincia de León: orfebrería, cerámica, espadas y picas de lanzas, mosaicos romanos, etc.

Son muchos datos los que apuntan a que en la zona de Torneros pudo haber bastante actividad; hay que tener en cuenta que es la última zona llana antes de comenzar el valle del Eria, sólo hay que pensar lo que sería transitar con carro de la Fervienza hacia arriba sin la carretera. Los romanos no embarcaban el oro en Gigia (Gijón) por el respeto que les imponía el Mare Tenebrosum (Cantábrico), y lo transportaban hasta Gades(Cádiz) para atravesar sólo su Mare Nostrum(Mediterráneo). Entonces, por Torneros tuvieron que pasar los transportes del oro de las minas de la parte alta del Eria, ¿y no sería también paso del oro de los riquísimos yacimientos de La Valduerna por el camino de Tabuyo, y luego hacia las calzadas que iban al sur, la Vía 17 (a Bracara Augusta-Braga) y la Vía 26 (a Caesar Augusta-Zaragoza, a enlazar con la Vía de la Plata a Emerita Augusta-Mérida)?

De todo lo que he leído para este trabajo, llego a la conclusión que no hay ningún lugar , a excepción de Astorga o León, donde halla tantos (posibles) restos arqueológicos en un mismo área. Por lo que soy de la opinión que, con el consenso de todo el pueblo, habría que comunicarlo a la Consejería correspondiente y a la Universidad. Y si ellos creen conveniente investigar, sería fabuloso, y si no, pues quedamos como estábamos.

Con la mitad de esto, los americanos harían media docena de películas y un parque temático.

Y esto es todo, espero que no os haya resultado un tostón.

BIBLIOGRAFÍA

La tierra de los astures. Nuevas perspectivas sobre la implantación romana en la antigua Asturia. Carmen Fernández O. y Angel Morillo C. 1999

Arqueología del oro Astur: Orfebrería y minería. A.Perea y F.J.Sánchez-Palencia. 1995

Astures. Asociación Astures. 1995

Exposición Astures. Pueblos y culturas en la frontera del Imperio Romano. Antiguo Instituto Gijón 1995

Exposición “ El oro de los Astures “. Colegiata de San Juan

Exposición “ El oro de los Astures “.
Colegiata de San Juan Bautista. (Palacio de Revillagigedo, Centro Internacional de Arte). Gijón
1995Francisco Javier García Morán (Cachona)
Enero de 2003, Langreo,
Asturias